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La Habana, !oh! La Habana.

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Quizás siempre le temí un poco. La había visitado varias veces en mis años estudiantiles y me parecía un desafío. Representaba un mundo inmenso por descubrir, disfrutar, vivir. Cosmopolita, majestuosa, imponente, bulliciosa, repleta de contrastes y oportunidades. La idea de desentrañarla me había pasado por la cabeza antes, pero no me atrevía a materializarla. Hoy, algunos años después de graduada, con una visión más aguda y más entendida en cuestiones de la vida, estoy aquí, no como santiaguera desarraigada o soñadora en busca de nuevos horizontes, sino como una profesional que ansía aprender, ampliar sus puntos de vista, incorporar otras realidades y por qué no, probarse un tanto a sí misma en una ciudad que te impulsa a seguirle el ritmo, a fundirte en sus paisajes de matices diversos, a adentrarte en su laberinto de calles y gente, a crecer, a no quedarte varada. Estoy en La Habana y aunque me sigue pareciendo impresionante, inmensa, desafiante, me pierdo en sus historias, sus

Dulces en Cuba: una exquisita tradición.

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¿A qué cubano o songomayense no le gustan los dulces? Deben ser muy pocas las excepciones. Pues estos son alimentos muy consumidos por la población a nivel mundial. Aunque mucho se habla acerca de los daños que ocasiona el exceso de azúcar a la salud, los dulces en la medida adecuada también tienen sus beneficios, en especial los de chocolate. El dulce es una grata sensación que recibimos por vez primera a través de la leche materna. Razón por la cual, está presente   en nuestros paladares y en el subconsciente. Pero si no la sabemos controlar se puede convertir en un serio problema para nuestra salud. Haciendo un poco de historia, los caramelos y las golosinas cuando se crearon hace años, tenían su explicación y finalidad. Nacen a raíz de la necesidad por encontrar un alimento pequeño y ligero que sirviera de sustento en los largos viajes,   que además produjese energía. Los primeros dulces, fueron creados con pulpa de fruta, cereales y miel. El nombre de caramelo s

Otro de mis poemas

Tranferencia Te ofrezco mi Parnaso: Rocas   Hielo Musgo estéril al sur de mis caderas La prontitud de un tiempo indiferente que   modeló esta vida cuasiforme Creencias sin profetas ni rituales Calcinados volcanes de otras camas Sequía voluptuosa Cactus   Huesos Diez mil fieras hambrientas de tu carne Un montón de corceles lujuriosos Aunque esquives su rumbo y te arrincones En las mismas guaridas del pretérito Donde habitan tus huellas   ¿La costumbre? Puede más que el intento y los torrentes.   Solo soy la limosna que tus ojos me dieron, deambulo en tu costado pernocto en tus espaldas tengo sed de tu sed y de tus venas un hambre de tu piel que   me corroe que no sé si es demencia o es cordura no sé si es realidad o alternativa o herencia de otras tumbas y   otros nombres. Mientras tengo la sal y los bostezos el beso tremebundo la ceguera la ausencia de mí misma el canto de los grillos en tus noches la tozudez   e

Songo – La Maya y la complicidad con Buena Fe

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Sólo habían pasado unos minutos después de las diez y media de la noche. Eran muchos los que esperaban impacientes a que apareciera el grupo anunciado. El escenario escogido para el concierto fue el área de recreación juvenil La Pista. Algunos pequeños inconvenientes como el apagón fuera de pronósticos no impidieron el encuentro de los ídolos musicales con el público songomayense. Y de un momento a otro allí estaban, de muy buena fe , para llenar de melodías frescas e inteligentes el lugar y los corazones. El grupo liderado por Israel Rojas, vocalista y compositor y Yoel Martínez, guitarra acústica y voz segunda, se hacía palpable para compartir su arte exquisito y alejado de banalidades. Así durante más de hora y media, recorrieron su repertorio y ofrecieron temas tan conocidos como Déjame entrar , N acimos Ángeles , Gracias por el fuego , Das más , Mamífero nacional , Catalejo , Pi tres coma 14 , Playstation , Ser de sol , Volar sin ti , hasta algunos más recientes incluidos en