“La libertad de prensa: entre la manipulación y la polémica.”



No es una simple historia ficticia creada por grandes cadenas televisivas o industrias cinematográficas, es un hecho real que cada año numerosos periodistas en todo el mundo sean perseguidos y pongan en peligro sus vidas con tal de sacar a la luz la verdad aunque sea desafiando poderosos intereses.
Es algo que no sucede en Cuba, sin embargo, a la vista de muchos que solamente pretenden señalarnos con el dedo,  en nuestro país no existe lo que se ha denominado libertad de prensa. ¿Qué se informa y quién decide lo qué se informa? ¿Quiénes son los dueños de los medios de comunicación? Son interrogantes estrechamente vinculadas a este tema tan polémico que sigue generando debates en los más diversos escenarios.
En el contexto actual, cobran mayor valor y alcance las ideas del líder de la Revolución Cubana Fidel Castro, expresadas en la entrevista que le realizara el intelectual y periodista francés Ignacio Ramonet, publicada en el libro Cien Horas con Fidel.
 “Si usted llama libertad de prensa al derecho de la contrarrevolución y de los enemigos de Cuba a hablar y a escribir libremente contra el socialismo y contra la Revolución, calumniar, mentir y crear reflejos condicionados, yo le diría que no estamos a favor de esa ‘libertad’. Mientras Cuba sea un país bloqueado por el imperio, víctima de leyes inicuas como la Helms-Burton o la Ley de Ajuste Cubano, un país amenazado por el propio Presidente de Estados Unidos, nosotros no podemos dar esa ‘libertad’ a los aliados de nuestros enemigos cuyo objetivo es luchar contra la razón de ser del socialismo.
“En esos medios “libres”, ¿quién habla? ¿De qué se habla? ¿Quién escribe? Se habla lo que quieren los dueños de los periódicos o de las emisoras de televisión. Y escribe quien ellos deciden. Usted lo sabe bien. Se habla de “libertad de expresión”, pero en realidad lo que se defiende fundamentalmente es el derecho de propiedad privada de los medios de divulgación masiva. Aquí en Cuba, se lo digo con franqueza, no existe la propiedad privada de esos medios. Pero las distintas organizaciones de masas disponen de sus propios medios: los estudiantes tienen el suyo, los obreros, los sindicatos, los campesinos, hasta los militares. Todo el mundo tiene su órgano de información, y créame que publican con mucha libertad lo que creen conveniente publicar.”

Ciertamente nuestra prensa está llamada a ser más crítica, a reflejar con mayor claridad y credibilidad lo que sucede en los ámbitos  locales, en el contexto  nacional o más allá de nuestras fronteras, sin pecar de ingenuidad ni a medias tintas, tratando de parecernos a la cotidianidad y a cada cubano.
Muchas veces la autocensura es nuestro principal obstáculo, sin embargo, no  podemos olvidar que tenemos la misión de informar pero también de educar y movilizar conductas en función de un objetivo común. Aquí los medios son del pueblo, a él representamos y esos intereses no deben estar alejados de los de nuestros órganos de dirección.
Y me remito nuevamente a las palabras de Fidel: 

Nosotros no andamos con hipocresías de ninguna índole al hablar de la “libertad” de la prensa europea. Nosotros soñamos con otra libertad de prensa, en un país educado e informado, en un país que posea una cultura general integral y pueda comunicarse con el mundo. Porque quienes temen el pensamiento libre no educan a los pueblos, no les aportan, no tratan de que adquieran el máximo de cultura, de conocimientos históricos y políticos profundos, y aprecien las cosas por su valor en sí, y porque saquen conclusiones de sus propias cabezas”

Quizás la libertad de prensa sea una utopía a nivel mundial, es un concepto manipulado y abstracto utilizado como una muletilla por quienes intentan imponer sus ideologías y puntos de vista, al final, quienes trabajan en los medios tienen que tomar partido, por lo que puede decirse que la llamada prensa independiente o libre no existe. Aún así, lo que sí no debe faltar en nuestras prácticas periodísticas es el respeto al derecho del pueblo a una información verídica.

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