¿Hablas más de la cuenta?
En nuestra vida diaria, resulta muy frecuente encontrarnos con personas que hablan hasta por los codos. Ya sea en la cuadra, en el centro de trabajo o de estudio y hasta en nuestros propios hogares, vemos que hay quienes tienen la necesidad de hablar sin que nadie les pueda poner frenos. Este es un defecto que debe corregirse porque generalmente raya en la indiscreción. Ciertamente esas personas que no saben cuándo deben callar o cuándo deben dejar hablar a los demás, suelen ser indiscretas y molestan a casi todos a su alrededor, lo que les perjudica seriamente en sus relaciones interpersonales y afecta a su vida social. Se entiende como indiscreción el acto de dar a conocer al público, a otras personas, situaciones reales o secretas de alguien, que no deben ser de conocimiento ajeno porque la persona interesadas no quiere que se sepa o conozca lo que ella hace o piensa. La indiscreción a veces cae en el campo del chisme, del mal hablar, y se vuelve una cadena intermin