De lo coloquial a lo callejero



Hoy quiero tomarme unos minutos para conversar acerca de un tema que considero de vital importancia para la vida en sociedad, aunque haya quienes opinen lo contrario.
En ocasiones, cuando escucho el vocabulario que emplean muchas personas en la calle, en los centros de trabajo o en cualquier otro sitio,  me da la impresión de que nuestro idioma, definitivamente, no es el español. Hemos descuidado demasiado el uso de una lengua que constituye la principal forma de comunicación en más de veinte países y es practicado por alrededor de 400 millones de personas en todo el mundo.
Aparentemente, esa es nuestra lengua materna, pero me parece que desde que pronuncié mis primeras palabras en mi infancia hasta ahora, esta condición no se cumple.
Recuerdo que cuando cursaba el primer año de la carrera en la universidad, tuve que hacer lo que llamé “diccionario del lenguaje callejero” sí, no me cuestionen la idea, porque sencillamente o te adaptas al medio  y por tanto al lenguaje popular, o los demás no te entienden, como si estuvieras expresándote mediante un dialecto extraterrestre.
En ese curioso diccionario tuve que incluir términos y frases coloquiales como los que a continuación expondré, aunque muchos de ellos ya han pasado de moda y en su lugar se utilizan otros no menos altisonantes.
Por ejemplo la expresión “baraja la talla” se traduce como desecha esa idea o esa acción, “tener un pudín entre las manos” no se refiere a nada comestible, sino a algo fácil, si te dicen que estás “beneton lai”, en “onda” o “toca´o” debes agradecer porque te están elogiando, ya sabes, estás en “la última”, si te amenazan con darte una “teja por la jeta” entonces ahí si puedes preocuparte porque te están amenazando con un golpe en el rostro. La expresión "tú no me calculas", significa no te metas conmigo que tú no me conoces. "Si te sacan un sable” es que te hicieron una crítica fuerte “Estoy vola´o " quiere decir estoy molesto, o estoy muy borracho o en determinada cosa estoy muy bien, tengo muy buenas habilidades. Si en algún momento te dicen "! TUMBA, TUMBA !", sal corriendo porque desean que te vayas inmediatamente. Espero que no tengas que escuchar la frase "estás en llama” porque eso significa que no hay quien te mire, estás feo. "El que acabó con la quinta y con los mangos”, en realidad no dejó nada, se lo llevó todo. Lo que está “suave” o “pega´o” también  se incluye en lo mejor de la moda. Las fiestas son “paris” o “perreos” aunque no hayan mascotas, si estás “chivando” a alguien es que lo estás molestando, si te preguntan por “la jugada” se están refiriendo a un asunto en particular. Ya nadie va para la casa sino para el “gao”, no se va para el trabajo sino para la “pincha”, ya no se duerme, se “surna”, los padres se llaman “puros” sin tener ningún grado de relación con los tabacos. Las novias y novios son “jevas”  y “jevos”. Las mujeres y los hombres son “melones” o “mangos”. Los amigos son “consortes”, “nagües” o  “aseres”. Ya no se tiene dinero sino “piticlines”, “guaniquiquis” o money, sí porque nos hemos apropiado de un montón de vocablos provenientes del inglés ¿Qué entendería usted si le dijeran que está “are you prendy”? Bueno, sería algo así como “escapa´o”, otro término que se emplea para designar lo que está genial, mientras que su antónimo sería, eso está “fula”, “marea´o”, “obsorvao”. De igual forma procure no estar “dichabao” porque eso no expresa nada bueno de su persona. Si eres inteligente, entonces estás “quema´o”  o eres “tremendo monstruo”. Si necesitas un consejo ante una preocupación, es probable que te recomienden no darle “cranque” al asunto.  Si algo es seguro, como dice el humorista Pantera, está “tira´o” por la planta. Y si le dicen que algo está “afull”, entonces entienda que está al tope de su capacidad. Los saludos de hola, buenos días, buenas tardes o buenas noches han sido desplazados por “qué volá”, “qué vuelta”, “¿cómo andan los temas?”
Es preocupante observar cómo muchas personas en la actualidad abusan del lenguaje y lo emplean inadecuadamente. Y lo más triste es que los protagonistas de estos casos generalmente son los adolescentes y jóvenes. Para quienes se han hecho comunes las expresiones que atentan contra el buen empleo del idioma español y a la vez  contra nuestra identidad.
Porque la lengua no solo es un medio de comunicación, también es un hecho social que implica cultura y educación formal.
El español es una lengua muy rica en expresiones, sinónimos, adjetivación, vocablos que han ingresado a la lengua desde los distintos aportes, desde la invasión de los árabes en la Edad Media (Por ejemplo: almohada, albahaca, alhelí…hasta las palabras de origen indígena americanas desde la época de la conquista (por ejemplo: chocolate, papa, tomate, maíz, cacao, etc..
La defensa del idioma en su cuidado y uso correcto induce a mantener las tradiciones culturales de un pueblo. Sin embargo muchas veces este elemento no se tiene en cuenta.
Es cierto que nuestro entorno cambia día a día y los avances tecnológicos alcanzan más protagonismo. Computadoras, celulares, DVDs y todo tipo de equipos electrónicos irrumpen en la vida cotidiana, y muchas personas, de manera descuidada, se vuelven dependientes de ellos.
En ocasiones, normas y reglas ortográficas son pasadas por alto en los mensajes abreviados de los celulares o los chats. La lectura y escritura tradicionales están siendo desterradas, y con ellas, la mejor manera de aprehender las peculiaridades de nuestra lengua.
Mucho se discute acerca de lo que debe considerarse un leguaje correcto. Para algunos es lo que resulte comunicativo, que cualquiera puede entender.
 Se afirma que todo lo vulgar empobrece el lenguaje, pero todo lo popular lo enriquece. Debemos aprender pronto la necesidad de poner atención a las palabras que usamos y cómo las usamos. Se trata de saber elegir los términos e instrumentos (las frases, los textos) con los que nos comunicaremos.
En estos momentos pienso en un futuro no tan lejano y me gustaría que si tengo hijos ellos me entendieran cuando les hablara, pero creo que a este paso lograré la comunicación a través de señas. Seguro alguien diría que estoy “embarcá”. Eso no me suena bien ¿qué piensan ustedes?

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