Bésame mucho (Algunas pinceladas sobre el beso y sus beneficios.)



"No quiero escribir palabras que puedan decirte mis ojos. No quiero decirte nada que rompa con el silencio de un eterno beso. Solo quiero que sientas tus labios en los míos. Solo quiero hacer nuestro el universo.”
Es bien conocido que el beso -tema de boleros, poemas, piropos, inolvidables fotografías y  apasionadas escenas en la televisión y el cine de todos los tiempos-, es el acto de tocar algo con los labios, generalmente a otra persona.
Lo que quizás muchos desconozcan es que aporta numerosos beneficios al organismo.
Esta es una práctica habitual entre los humanos en la mayoría de las culturas, también presente en otros primates como los chimpancés.
Puede darse de muchas formas y en muchas partes del cuerpo y no solo en los labios. Dependiendo del país y la época se realiza de diferentes maneras.
La palabra proviene del latín "basium" –acción de besar- y besar del latín "basiare", tocar algunas cosas con los labios contrayéndolos y dilatándolos suavemente, para manifestar amor, amistad, o reverencia.
El beso es la forma más clara de expresar sentimientos, emociones y pasiones.
Una idea afirma que nuestra primera experiencia de confort, seguridad y amor procede de las sensaciones de la boca asociadas con la lactancia, nuestra primera forma de conectarnos con la vida y con el mundo.
Hay diferentes tipos de besos y se los clasifica de diversas maneras, los hay como saludo, afectivos o amorosos, de subordinación y respeto como besar las manos o los pies.
Están además el beso esquimal, el mariposa, los besos simbólicos como el de Blancanieves y la Bella Durmiente, el beso de Judas, y para el Kamasutra hay por lo menos 30 tipos de besos.
El beso no sólo es una muestra de cariño: es también un remedio natural, gratuito y al alcance de tus labios. Tras varias investigaciones se ha demostrado que los besos son terapéuticos.
Besar es bueno para la presión sanguínea, el sistema cardiovascular y para mantener los niveles de colesterol.
Previene la caries igual o mejor que la pasta dental.
Es un buen complemento para las dietas, pues con cada beso se queman al menos 12 calorías.
Ayuda a combatir el dolor, pues mientras más apasionado es, más endorfinas se segregan y esa actividad hormonal tiene un efecto superior a una pequeña dosis de morfina. Sube el ánimo y mejora la autoestima.
Besarse con frecuencia, activa la circulación sanguínea y ayuda a las personas a enfermarse menos y a vivir más años.
Un beso es la mejor terapia, principalmente para superar las depresiones.
El beso lo podemos disfrutar en la intimidad y en público.
En la relación de pareja es muy valioso, es un pilar de la relación sexual, de la complicidad, aumenta el vínculo,  la confianza y seguridad en la pareja.
Cuando nos besamos utilizamos cerca de 30 músculos lo que disminuye la formación de arrugas en la piel, mejorándola sensiblemente y estimulando su regeneración.
Está demostrado que las personas que reciben y dan a menudo besos apasionados tienen menor probabilidad de sufrir alexitimia, que es el desorden neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal.
En enfermos es recomendable porque ayudar a su pronta recuperación y fortalece las defensas inmunológicas, mientras que en las personas sanas mejora su calidad de vida.
No hay nada que haga sentirse a uno tan bien como un beso apasionado. "En teoría, cuando uno besa, uno es feliz, y si uno es feliz, se siente mejor consigo mismo"
Besar a una persona nueva te da la oportunidad perfecta de chequear sus feromonas, los mensajeros químicos que indican la atracción sexual.
El primer beso es siempre una buena forma de darse cuenta de si existe química entre los dos, pues en los humanos, el olor juega una parte muy importante en la atracción subconsciente, y si las feromonas de los dos no armonizan, es muy difícil que hagan buenas migas en otras áreas.
Este acto tan beneficioso para la salud, solo debe omitirse en casos de enfermedades altamente contagiosas, como la mononucleosis (llamada popularmente enfermedad del beso),  la gripe A (H1N1) o la hepatitis A, entre otras.
Una última recomendación: ¡Hay que besarse más!


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