Y tú: ¿eres miki, emo o repa?



En los últimos tiempos se ha vuelto bastante común el término tribus urbanas, y principalmente entre los jóvenes se han popularizado las tendencias frikis, mikis, repas o emos, por citar ejemplos.


Hace poco un amigo de mi hermano visitaba mi casa y al ver sus atuendos mi mamá le preguntó si él era rockero o algo por el estilo, a lo que el muchacho contestó, “los rockeros son los que hacen ese tipo de música, yo soy friki porque la escucho y me visto como ellos”. ¿Estaría completamente en lo cierto?
En la actualidad, las tribus urbanas se han convertido en un fenómeno de gran fuerza en nuestro país.  A pesar de que muchos piensan que es exclusivo de La Habana, estos grupos existen en casi todo el territorio nacional y su influencia, aunque en menor medida, ha llegado también a Songo-La Maya.
Es cierto que la capital y otras ciudades importantes fueron las iniciadoras, pero hoy se les puede observar hasta en zonas rurales, donde parecía imposible su localización. Estas tienen hoy por hoy muchísimos seguidores, como también un gran número de detractores.
Se identifican fundamentalmente por el tipo de género musical de preferencia y por la indumentaria o el vestuario que usan, alejándose en alguna medida del referente de origen.
Son asociaciones espontáneas integradas por un sector predominantemente joven que comparte un mismo estilo de vida, forma de vestir, peinado, gusto por un género musical, modo de comportamiento,  proyección social y empleo del tiempo libre. Los grupos más populares y abundantes son los rockeros donde entran los frikis, hippies, punkys. También están los repas, los mikis, los emos; y en menor cantidad los raperos y rastafaris.
Las tribus urbanas, representan una forma distinta, novedosa y particular de manifestar identidades, surgidas por la necesidad de distinción y reconocimiento de adolescentes y jóvenes.
 Sus integrantes por lo general sostienen una actitud de rebeldía, no necesariamente violenta, hacia las reglas sociales.
Aunque muchos no lo sepan o no se hayan percatado, en Songo-La Maya también hay representantes de estas tendencias, siendo los más abundantes los mikis, los repas y algunos frikis.
 Los repas o reparteros son los de raíces cubanas más autóctonas, pues surgieron con la timba, ellos escuchan, además, el reguetón y el hip-hop, y provienen de lugares más humildes.
Usan los pantalones bien holgados, pulóveres y ropas con brillos, cintos anchos, manillas y anillos.
Su conducta suele ser un poco vulgar, desde su modo de caminar hasta el de comunicarse con los demás. Este grupo dice identificarse con la gente de barrio, son jóvenes que hacen vida social en la cuadra, se reúnen para jugar dominó y compartir entre ellos.
En el caso de los mikis, se distinguen por usar ropa de marca, tenis, chancletas y estar muy a la moda. Escuchan sobre todo música house, disco y algunas veces regguetón. Ellos provienen de familias con alto nivel económico, portan celulares o memorias, son amantes de las fiestas y los sitios caros y son vistos como banales, superficiales y consumistas.
Por su parte, los rockeros ostentan el mérito de ser la tribu más antigua del país, consolidada a finales de los sesenta, a tono con las influencias del movimiento hippie en Estados Unidos.
Calificados en esos primeros años de antisociales, comenzaron a tolerarse un poco más en los ochenta, y se les llamó frikis a esos seguidores cubanos del rock.
En cuanto a la imagen, sus atuendos son negros y ajustados, acompañados con accesorios con pinchos de metal y cuero.
En ellos abundan los tatuajes y peinados exóticos, los populares piercings, además de botas altas y tenis Converse, todo de negro cerrado.
Pero además de estos, están por ejemplo los emos. Se caracterizan por su estética futurista,  su principal sello es el largo cerquillo que tapa una mitad de la cara y, en algunos casos, los dos ojos.
 Por otro lado, en nuestra provincia abundan los rastafaris, que reivindican el orgullo de la raza negra y escuchan reggae, el género creado en Jamaica por el mítico Bob Marley, símbolo de  la cultura rasta.
Usan ropas cómodas y anchas, gorros de estambres, el cabello largo, sin peinar, con mechones entretejidos o dreadlocks (drelos).
Las tribus urbanas en general, son grupos que se unen por afinidades de ideología, vestimenta, creencias religiosas o no religiosas, y más que nada por la música.
Aunque muchos son rechazados,  ser parte de ellos supone satisfacer necesidades de aceptación, autoafirmación, reconocimiento e, incluso, contacto  afectivo.
Las conductas que llevan a la satisfacción de estas necesidades son, además, manifestaciones de la crisis de la adolescencia, interpretadas por los adultos como rebeldía.
Hay que tener claro que no hay peligro en eso, siempre que adolescentes y jóvenes tengan consolidados sus valores sociales, éticos y morales, y no los asuman desde el punto de vista de la indiferencia hacia la realidad que los rodea.

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