Amores que matan...
Hace un tiempo presencié una escena lamentable en una de las actividades de fin de semana: una pareja estaba peleando, y de repente el hombre, bastante borracho, le dio varios golpes a la mujer. Ella no le dijo ni una sola palabra, se limitó a mirarlo con rencor y luego comenzó a llorar, pero al final todo quedó como en casa. Enseguida se escucharon los comentarios por parte de quienes me rodeaban: la mayoría dijo frases como “qué clase de paliza”, “esa seguro es tremenda descarada”, “al parecer ella se lo buscó”, “bien merecido se lo debe tener”… y otras cosas por el estilo, mientras muy pocos desaprobaban la acción tan violenta que acabábamos de ver. Por mi parte, me limité a afirmar que yo en lugar de ella lo acusaría en la policía, que jamás permitiría que abusaran así de mí. Algunos me respondieron que cuando uno se enamora, aguanta eso y más. Pero no comparto semejante forma de pensar. Me sorprende que en pleno siglo XXI, cuando se aboga a nivel mundial por erradicar l