Relaciones amorosas en la actualidad: ¿adiós al compromiso y hola al libertinaje?



Se habla de que existe demasiado libertinaje y falta de compromiso entre las parejas de hoy en día.
Vivimos en una sociedad que se encuentra en constante evolución. Actualmente, prácticamente todo está permitido, no hay tantas represiones como antes y esto nos incita al cambio, a no aguantar lo que no nos gusta y a buscar lo que realmente queremos.
Por lo general ya no reprimimos nuestros deseos, ni aguantamos situaciones incómodas por presiones externas. Ahora somos más nosotros mismos que nunca y buscamos nuestra felicidad personal.
Sin embargo, ya los hijos, el tiempo o la costumbre no son suficientes para mantener una relación de pareja  y la palabra “amor” no se extiende a los conceptos de “eterno” o “para siempre”.
Todo esto, combinado con el interés de probar cosas nuevas y de experimentar cada vez más rápido, hacen que la estabilidad de muchas parejas no pase de unos pocos meses.
Por otro lado, la tendencia de las parejas jóvenes de hoy no es al matrimonio, sino a la convivencia.
Se apuesta por las uniones libres, pre- matrimoniales, sin muchas ataduras y hasta por los llamados “amigos con derechos o beneficios”.
No pocos adolescentes y jóvenes conciben a la pareja como algo temporal, que cambiamos las veces que creemos oportuno, hasta encontrar a la persona ideal o hasta que nos cansamos de probar.
Según expertos en el tema, el concepto de amor se ha revolucionado. Siguiendo la búsqueda constante de relaciones ajustadas a los tiempos modernos, este sentimiento va dejando atrás, para bien o para mal, la llamada dependencia entre las parejas, como prueba de verdadero amor.
Han surgido nuevas maneras de sentir y amar, dando espacio a la individualidad, y ya han quedado casi sin valor  las ideas de que una persona es el remedio para la felicidad del otro.
En la actualidad las personas van perdiendo el miedo a estar solas y aprenden a vivir mejor consigo mismas. Se sienten parte de una relación sin dejar de sentirse enteras, porque amor no significa estar dependientes a esa “otra mitad”.
El amor es un sentimiento complejo que está presente en personas de todas las edades, ya sea desde los más pequeños a los más mayores.
Actualmente, los jóvenes son los que más se enamoran y mantienen relaciones amorosas cada vez más pronto. Quizás sea por las hormonas o simplemente por el hecho de que no pierden el tiempo.
Las relaciones amorosas en la adolescencia, aunque puedan causar dolor, quizás puedan ser las más bonitas en las etapas de la vida; querer a alguien sin importar en qué lugar, en las consecuencias o en lo que pueda ocurrir mañana.
En estos tiempos, quizás haya jóvenes que mantengan sus relaciones amorosas durante mucho tiempo y quizás también habrá jóvenes que prefieran no alargarlas demasiado.
A diferencia de otras épocas en que las personas se unían con el propósito de tener hijos y educarlos, dentro de los fines principales de la pareja de hoy se encuentra la búsqueda de placer y la satisfacción personal y sexual.
Antiguamente, incluso, las personas renunciaban a sus sueños o su propia felicidad por la de la propia pareja. No era bien visto que una persona tratara de exigir por su propia satisfacción.
En las parejas tradicionales la relación se medía según la estabilidad, la pareja exitosa era la que sobrevivía en el tiempo, pero hoy el éxito consiste en la búsqueda del amor y la satisfacción personal de cada miembro.
Expertos afirman que las parejas modernas pueden sentir mayor satisfacción cuando poseen un proyecto en común, sin embargo, el desarrollo personal es hoy un objetivo importante que se persigue aún a costa de rupturas, traslados, cambios…
La concepción del amor eterno, de que la pareja debe estar junta por siempre, y por otro lado el mito de la "media naranja" han cambiado, dando una visión más realista de la relación de pareja.
Las personas, principalmente adolescentes y jóvenes, quieren "ser felices" aquí y ahora, y no se espera, lo cual provoca muchas veces que las parejas se separen, sin que sea siempre el momento más adecuado para la ruptura.
Pudiéramos preguntarnos:¿la pareja se encuentra en crisis? O ¿va a desaparecer?
Diversas investigaciones han encontrado en nuestro país un grupo importante de adolescentes y jóvenes que dicen afrontar en su vida amorosa un debilitamiento de ciertos valores con respecto a esta, evidenciándose un aumento de la promiscuidad, el cambio frecuente de pareja y la intensificación de la infidelidad.
Por otra parte, hay insatisfacción con las relaciones amorosas, falta de estabilidad y felicidad en el seno de la pareja y la tendencia de relaciones sexuales superficiales.
Muchos teóricos plantean que la pareja de hoy está en crisis y va a desaparecer. Para sustentar esto citan las altas tasas de divorcio, una menor frecuencia de lazos matrimoniales, la existencia de familias multiparentales, unido todo a los clásicos conflictos de la pareja como los celos y la infidelidad y nuevas situaciones como el temor a la intimidad emocional.
Esto es real, pero no se puede a su vez negar que la mayoría de las personas continuamos viviendo con la necesidad de tener pareja, por lo cual es un proyecto que está cambiando, que impone nuevos códigos, valores, pero que no va a desaparecer, sino que se encuentra sujeto a modificaciones.
Muchos en la actualidad se cuestionan una posible extinción del amor, y junto a él, del romanticismo.
 Incluso, muchos opinan que las nuevas generaciones pasan directamente al acto sexual, perdiendo con ello las sensaciones propias del momento.
Científicamente estas dudas no están demostradas, pero sí el hecho de que se está generando un cambio en las relaciones entre el hombre y la mujer, en lo que se espera de la relación.
Es como si hubieran pasado de moda los tiempos de Romeo y Julieta, y el sexo se ha convertido en un objetivo bien inmediato.
Se han perdido algunos detalles, lo cual no necesariamente es una característica negativa de la pareja moderna, sólo resulta una forma diferente de manifestarse.
La alta prevalencia de divorcios, la infidelidad, la promiscuidad, así como otras transformaciones a nivel social y cultural que atentan contra la satisfacción en el ámbito de la pareja nos hace pensar que el amor se encuentra en crisis.
Por suerte, la mayoría de los estudiosos del tema concuerdan en que el ser humano aún conserva su capacidad de amar, y que como generalidad aún continúa siendo el amor el principal motivo que une a las personas.
Lo que sí es cierto es que deseamos amar, pero de una manera menos posesiva y más independiente, libre de prejuicios que entorpezcan nuestro desarrollo individual.

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