Conformismo y facilismo: dos conductas erróneas
“No
hay felicidad completa”, así alegamos muchos de nosotros cuando pasamos por
momentos difíciles ¿no será que no hemos creado nuestra propia felicidad?
A
veces conformarnos con las situaciones que vivimos, por pensar que es imposible
crear unas mejores, es sencillamente fatal.
A
esto se le llama conformismo, así de simple, en ocasiones vemos cómo muchos se
la pasan de problema en problema, sólo por el hecho de que están conformes con
sus vidas.
O
sencillamente piensan que todo les caerá del cielo sin el menor esfuerzo. Y a
esa actitud se le llama facilismo.
Son
posiciones que se adoptan con frecuencia a cualquier edad, y en cualquier
momento.
El
conformista se caracteriza por aceptar todo aquello que le sucede
independientemente de que eso sea negativo o positivo y no hace nada para
luchar en contra de lo que no le gusta o satisface.
El
conformismo nos lleva a pensar que está bien ser infeliz o ignorante, cuando en
realidad podemos ser más optimistas y adquirir mayores conocimientos.
Quizás
seas una de esas personas ya tienen tiempo dedicándose a algo y tienen la
sensación de que les falta mucho para ser más felices.
Y no
estamos hablando precisamente de dinero. Que aunque sí hace que muchas cosas en
la vida sean más fáciles no es la llave de la felicidad como la mayoría piensa.
Cada
uno de nosotros tiene un camino individual por el cual nos gustaría seguir. Lamentablemente,
casi siempre hay una diferencia entre lo que quisiéramos hacer y lo que hacemos
en realidad.
Pero
¿qué es lo que nos detiene a la hora de cruzar esas barreras que la vida, o que
incluso nosotros mismos nos hemos impuesto?
Tal
vez muchos respondan que podrá deberse a tener una vida tan ocupada que no hay
lugar para nuevas cosas, a responsabilidades que hemos tomado o que nos han
caído y nos impiden intentar cosas diferentes. Sin embargo, estas situaciones
tienen su origen en el conformismo.
El
conformismo es el principal enemigo del crecimiento. Nos hace ver los problemas
como imposibles de superar en lugar de verlos como oportunidades para
conquistar.
Muchas
veces también tiene que ver con el miedo o la inseguridad a perder algo, a no
querer cambiar por encontrarse en un lugar seguro, a no buscar más triunfos o
logros porque los que poseemos ya nos alcanzan para llevar una vida más o menos
normal.
Es
común escuchar a la gente decir “si esto es realmente para mí, entonces se
dará”. Estas personas generalmente dejan ir las mejores oportunidades por
esperar a que mágicamente se materialicen.
Estrechamente
vinculado al conformismo, se encuentra el facilismo, que es una tendencia a elegir siempre las
opciones que implican menos esfuerzo para llegar a una determinada meta.
No
tiene nada de malo que existan momentos fáciles en nuestro entorno ni que la
vida tenga circunstancias más simples que otras, sin embargo, sí hay un
problema cuando se le huye a lo difícil y se busca cualquier excusa para optar
siempre por lo fácil.
Por
ejemplo cuando un estudiante en vez de estudiar para una prueba el tiempo
necesario, prefiere cometer fraude, o cuando se eligen profesiones u oficios
que implican cierto nivel de comodidad,
aunque no sean los más necesarios o en los que mejor podemos desempeñarnos. O
muchos hijos no aprenden a valerse por sí mismos porque sus padres les ofrecen todas las comodidades. Esa
es una postura asumida por numerosas
mujeres que se quedan en casa esperando que sus parejas las mantengan.
Al
decidir siempre por lo más fácil de alguna u otra forma se va perdiendo
capacidad de esforzarse un poco más, de ponerse en el lugar de otro (puesto que
busco lo más fácil para mí antes que para otros), se va ganando un hábito de no-sacrificio.
Por
supuesto nunca es tarde para empezar a cambiar, para desterrar de nuestra
cotidianidad al conformismo y al facilismo, porque no importa cuán lejos hemos
avanzado en el camino equivocado, hay que darse vuelta de inmediato.
Empéñate
en conseguir lo que deseas y no te rindas a la primera caída, pues como dijo
nuestro Apóstol: “A las estrellas no se llega por caminos llanos.”
Ten
presente esta frase de Mark Twain que afirma “Dentro de veinte años estarás más
decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que sí hiciste. Así que
tira de las riendas, navega de tu puerto seguro. Atrapa los vientos con tus
velas. Explora, sueña, descubre”.
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