Propiedades curativas de las frutas

En mi país abundan las frutas: mangos, piñas, guayabas, naranjas entre otras, son en las distintas épocas del año el deleite de pobladores de todas las edades. Lo curioso es que muchas personas las consumen sin conocer siquiera los beneficios que estas ofrecen al organismo, y la mayoría de ellas ignora que hay que seguir ciertas reglas para  su ingestión. Estas delicias de la naturaleza tienen innumerables propiedades, que son estudiadas a través de la frutoterapia, una técnica terapeútica mediante la cual se emplean sustancias curativas de las frutas: proteínas, vitaminas,  sales minerales, oligoelementos, con el objetivo de ayudar al organismo para hacer frente a todos los desgastes de energía o a recuperar su salud.
Este uso de las frutas con fines medicinales no es nuevo.  En la antigua Grecia, el sabio Hipócrates empleaba el jugo de la granada para curar diferentes enfermedades e inclusive decía “Que tu alimento sea tu único medicamento”.
Por su parte, el poeta romano Ovidio aconsejaba el consumo de la manzana para curar el cansancio amoroso y la debilidad del verano.
Las frutas ofrecen muchas ventajas, ya que fortalecen nuestras defensas, desintoxican el organismo, mejoran las funciones del hígado y los riñones, favorecen la eliminación de ácido úrico, y su riqueza en fibra mejora el tránsito intestinal.
Además, se pueden consumir crudas, lo que nos permite aprovechar todos los nutrientes que poseen. El jugo que se extrae de ellas, igualmente, permite que el organismo asimile mejor y más rápido las vitaminas que se incorporan en forma líquida.
Este factor es particularmente interesante en verano para compensar la pérdida de líquidos debidos a la sudoración.
Seguramente ustedes coincidirán con nosotros en que no hay nada más refrescante en días de calor que una fruta, ni nada más nutritivo.
En todos los estudios se ha encontrado una alta relación entre el elevado consumo de frutas y verduras y la baja incidencia de enfermedades.
Las más destacados investigadores han comprobado y recomiendan que debemos consumir frutas y verduras por lo menos cinco veces al día. En ayunas, al desayuno, a media mañana, almuerzo, merienda y comida.
Por su contenido de fibras ayudan a mantener un intestino limpio, lo cual previene enfermedades como el cáncer de cólon.
El poder antioxidante de las vitaminas E y C, al igual que otras sustancias que dan color y sabor a las frutas y verduras, han demostrado un papel importante en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el envejecimiento.
Además, hay que tener en cuenta que la fruta no suele engordar, contiene grasas saturadas en muy pequeñas proporciones y, exceptuando el coco, no sube el colesterol.
Pero es válido resaltar que aunque tiene muchas cualidades positivas, la regla de oro de la frutoterapia es no consumir fruta en cantidades excesivas, sino de forma equilibrada y de una manera lógica. También es  preferible comerla siempre antes o después de las comidas, evitando tomarlas durante el transcurso.
La idea de la frutoterapia no es diagnosticar ni curar a la gente, sino mejorar nuestra salud y calidad de vida.

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